jueves, 25 de marzo de 2010

TEORÍA Y ESTRUCTURA SOCIAL:
Como muchas palabras excesivamente usadas, la palabra teoría amenaza quedar vacía de sentido. La misma diversidad de cosas a que se aplica, desde pequeñas hipótesis de trabajo, pasando por especulaciones generales pero vagas y desordenadas hasta los sistemas axiomáticos del pensamiento el empleo de la palabra con frecuencia oscurece el entendimiento en vez de aclararlo.

el término teoría sociológica se refiere a grupos de proposiciones lógicamente interconectados, de los que pueden derivarse uniformidades empíricas. Constantemente enfocamos lo que he denominado teorías de alcance intermedio: teorías intermedias entre esas hipótesis de trabajos menores pero necesarias que se producen abundantemente durante las diarias rutinas de la investigación (1) y los esfuerzos sistemáticos totalizadores por desarrollar una teoría unificada que explicara todas las uniformidades observadas de la conducta, la organización y los cambios sociales. (2)

La teoría intermedia se utiliza principalmente en sociología para guiar la investigación empírica. Es una teoría intermedia a las teorías generales de los sistemas sociales que están demasiado lejanas de los tipos particulares de conducta, de organización y del cambio sociales para tomarlas en cuenta en lo que se observa y de las descripciones ordenadamente detalladas de particularidades que no están nada generalizadas. La teoría de alcance intermedio incluye abstracciones, por supuesto, pero están lo bastante cerca de los datos observados para incorporarlas en proposiciones que permitan la prueba empírica.

Las teorías de alcance intermedio tratan aspectos delimitados de los fenómenos sociales, como lo indican sus etiquetas. Se habla de una teoría de los grupos de referencia, de la movilidad social, o de conflicto de papeles y de la formación de normas sociales, así como se habla de una teoría de los precios, de una teoría de los gérmenes o de una enfermedad, o de una teoría cinética de los gases.

Las ideas germinales en tales teorías son característicamente sencillas: piénsese en Gilbert acerca del magnetismo, en Boyle acerca de la presión atmosférica, o en Darwin acerca de la formación de los atolones de coral. Gilbert comienza con la idea relativamente sencilla de que puede concebirse la Tierra como un imán; Boyle, con la idea sencilla de que puede concebirse la atmósfera como un “mar de aire”; Darwin, con la idea de que se pueden concebir los atolones como crecimiento, hacia arriba y hacia abajo, de coral, en islas que desde hacía tiempo se habían sumergido en el mar. Cada una de estas teorías nos ofrece una imagen que origina inferencias. Para tomar un solo caso: si se piensa en la atmósfera como un mar de aire, entonces, como infirió Pascal, debe haber menos presión de aire en la cima de una montaña que en su base. La idea inicial sugiere así hipótesis específicas que se someten a prueba al ver si sus inferencias son confirmadas empíricamente. La propia idea se prueba por su fertilidad al observar la gama de problemas teóricos e hipótesis que permiten identificar nuevas características de la presión atmosférica.

De la misma manera, la teoría de los grupos de referencia y la privación relativa comienza con la sencilla idea, iniciada por James, Baldwin y Mead, y desarrollada por Hyman y Stouffer, de que la gente toma las normas de otras personas importantes como base de su propia apreciación y evaluación. Algunas de las inferencias extraídas de esta idea van contra lo que pudiera esperar el sentido común, basado en un grupo no examinado de supuestos “evidentes”. El sentido común, por ejemplo, sugeriría que cuanto mayor sea la pérdida real experimentada por una familia en un desastre general, más agudamente se sentirá privada. Esta creencia se basa en el supuesto, no examinado, de que la magnitud de la pérdida, objetiva está relacionada linealmente con la apreciación subjetiva de la pérdida y que esta apreciación se limita a la experiencia propia. Pero la teoría de la privación relativa nos conduce a una hipótesis muy distinta: que las propias apreciaciones dependen de las comparaciones que la gente hace de su propia situación con la de otra gente, las cuales se perciben como comparables entre sí . Esta teoría, por tanto, sugiere que, en condiciones especificas, las familias que sufren serias pérdidas se sentirán menos privadas que las que sufren pequeñas pérdidas si están en situaciones que las llevan a compararse con gente que sufren pérdidas aún más graves. Por ejemplo, hay personas en la zona de mayor daño de un desastre, que, aun cuando considerablemente afectadas, son las más capaces de ver otras a su alrededor que han sido más severamente afectadas. La investigación empírica sostiene la teoría de la privación relativa, antes que los supuestos del sentido común: “el sentimiento de haber salido

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